miércoles, 27 de abril de 2011

El Otoño de Shakira

Conversaciones fuera de la catedral.



Hace aproximadamente doce años que vi por primera vez el Díptico de la Infamia. Dos cuadros de mediano formato donde se encontraban la belle, una joven rousonniana y la bestia, el turista grozzesco que iba a su encuentro. Creo que desde entonces no he vuelto a ver una metáfora tan precisa de lo que representa el turismo sexual. ¿Qué significaba aquel cuadro dentro de la exposición”Derecho de Réplica”?

- El “Díptico de la Infamia” es como un internamiento en esa exuberante selva tropical que se ha convertido en una constante en mi trabajo y que llega ahora a su cenit en mi próxima exposición, donde no hay ni un solo cuadro que se salga de esa atmosfera opresiva aunque sea por exclusión como en “El Otoño de Shakira”. “Derecho de Réplica” pretendía ser una crítica bien obvia a la sociedad de consumo y sus excesos alienantes y el “Díptico de la Infamia” lo era por partida doble. Era una réplica discursiva por el fondo y lo era artísticamente por la forma. No recuerdo bien, pero creo que fue la primera vez que cité, copié o me apropié de personajes de cuadros ajenos. Pintores solo aparentemente antagónicos y a los que admiro, Grozz y Rouseau, están a punto de darse un abrazo en ese díptico.

- ¿Pero un abrazo imposible?

- Imposible lamentablemente solo en el lienzo.

- En exposiciones posteriores has vuelto a recurrir ocasionalmente a las apropiaciones; incluso en tu “Rapsodia in Blue y Rojo” donde uno de los personajes de Úrculo mira indiferente el espectáculo de las Torres Gemelas. ¿Son homenajes o hay algo más en esas apariciones familiares?

- Pueden ser homenajes o pueden no serlo, a veces son recursos fáciles para lograr una obra más redonda, pero sí, claro que hay algo más. Es uno de los artificios a los que recurre la publicidad. Cuando en una campaña publicitaria se recurre a una cara no solo bella sino famosa, se hace por el efecto multiplicador que esa cara famosa va a seguir ejerciendo de forma subliminal después de que termine la campaña publicitaria. En el caso de los artistas la “campaña publicitaria” se reduce al escaso tiempo que duran los cuadros colgados en las paredes de la galería. En mi caso personal estas apropiaciones tienen la pretensión de conseguir los mismos efectos. Una persona que se llegue a la galería para ver mis “Demonios en el Jardín”, los seguirá viendo cada vez que observe por ejemplo una reproducción de la Capilla Sixtina.

- Es decir, estas tratando de perpetuar en los espectadores el mensaje implícito de tus pinturas. Pero no son muchas las veces que uno tiene la ocasión de enfrentarse a los clásicos, ¿como cuantificar el éxito de tus pretensiones?

- Bueno, hasta ahora no me había preocupado de cuantificar esas cosas, pero ahora que el asunto lo planteas de esa manera, estoy cayendo en la cuenta de que “El otoño de Shakira” puede ser bastante diferente. La Capilla Sixtina o los otros referentes nos los encontramos muy de tarde en tarde, pero a la cantante colombiana la tenemos hasta en la sopa.

- ¿Hasta ahora estas cayendo en la cuenta? No me lo puedo creer en una persona tan calculadora como vos.

- Realmente no lo había visto con la claridad con que ahora lo veo. Ten en cuenta que cuando pintaba esa cuadro, no se había concluido el estadio donado por los chinos y por tanto nadie pensaba en Shakira para un concierto de inauguración.

- ¿Cual es la génesis de ese cuadro? ¿Cuál es el proceso de creación de tus obras?
Creo que mi pintura es muy literaria, tanto, que antes que un boceto vienen unas líneas escritas en cualquier papel como una manera inicial de atrapar una idea. Mi mesa de trabajo, mi mesita de noche, el taller, hasta mis libros y agendas están llenas de esos papelitos. A veces esas notas se me pierden y cuando reaparecen algunas eran tan escuetas que me resulta imposible hilvanarlas de nuevo, son digamos los embriones desechados de mi fertilización creativa. En otras ocasiones puede tratarse de de un recorte o una foto sacada de la prensa pero después del recorte vienen siempre unas líneas como si en lugar de un cuadro estuviera pensando en un cuento. Es decir que hay un largo proceso de elaboración mental, a veces muchos meses y luego un proceso de ejecución más breve.

- ¿En el caso concreto de “El otoño de Shakira”?

- En este caso el origen es obvio; la portado de su disco Fijación Oral. Cuando vi a la cantante desnuda ocultando sus partes más apetecibles tras las ramas veraniegas de un arbusto, pensé en lo sencillo que sería desnudarla. Lo pensé y recuerdo que compartí esa idea con colegas y llegamos a la conclusión de que no tardarían en desnudarla a base de photoshop y que su desnudo se multiplicaría en las páginas de internet. Todavía hoy me cuesta creer que nadie lo haya hecho. Esta idea fue languideciendo hasta que un hecho anecdótico actuó como detonante.

- ¿La historia del taxista?

- Exacto. Uno de los muchos taxistas decentes llevo a un turista sexual a un hotel prostibulario del centro de la ciudad. Al parecer el turista no encontró a la jovencita que esperaba y le dijo al taxista que él estaba buscando su “shakirita” aludiendo a una niña. Puede parecer una expresión coloquial insignificante, pero esa anécdota inicio una serie de reacciones en mi cerebro y empecé a atar cabos sueltos. Tal vez la anécdota fue la excusa que necesitaba para iniciar esa pintura autocensurada.

- ¿Era la excusa que necesitabas?

- No lo sé, pero el Otoño de Shakira es el resultado. Como ves aquí el proceso de elaboración mental ha durado años; desde la salida de Fijación Oral hasta hoy. Si ese gringo no hubiera hecho ese comentario tal vez este cuadro no existiera o seguiría a la espera de su catalizador.

- Para no perder el hilo voy a ir atando cabos también. El turista sexual que llega a un país tropical en busca de una menor con quien ejecutar su pulsión sexual traé en la cabeza la imagen estereotipo de Shakira. La cantante colombiana es una referencia para uno de esos gringos de lo que debe ser una cándida adolescente latina ¿voy bien?

- Dos matizaciones antes de seguir. Cuando aquí se habla de gringos aludimos a los norteamericanos y no podemos ser tan reduccionistas; los turistas sexuales son de todos los países y también nacionales. En cuanto a si todos tienen en la cabeza a Shakira o no... bueno, los abra que vienen pensando en Thalia o en Paulina o en... la industria del entretenimiento fabrica señuelos con una facilidad arrolladora, pero si te fijas en las citadas, todas tienen muchas afinidades y la que más me llama la atención es que esas siguen interpretando con su imagen el candor de las niñas bien portadas a pesar de estar todas muy lejos de esa adolescencia.

- Es decir que el Otoño de Shakira ¿también es un doble otoño?

- Bueno, eso es algo evidente, sus mercadólogos proclaman que está en el cenit de su carrera y es precisamente ahí donde comienza el declive de todas las estrellas según los astrónomos. Unos años más y Shakira como mi cuadro serán historia.

- Pero Shakira al contrario que tu cuadro, seguirá envejeciendo...

- ¿Y?... no veo nada malo en seguir envejeciendo si uno lo hace con dignidad. La Shakira que conocimos hace años, aquella bajita y con sus kilos de más, aquella que componía y cantaba sus canciones, hubiera tenido una larga vida como Mercedes Sosa o Chavela Vargas, pero en un momento de su carrera dicen que vendió su alma al mercado para convertirse en un ídolo mediático y todos estos ídolos tienen su fecha de caducidad muy corta. Pero bueno tiene varias opciones, pretender estirar esa juventud convirtiéndose en un esperpento, desaparecer definitivamente como alguna estrella de Hollyvood o volver a ser lo que era que sería la mejor pero la más difícil de las opciones.

- La mayoría tenemos menos opciones, ¿no te parece?

- La mayoría ni siquiera tiene opciones y eso es lo verdaderamente lamentable. Vivir una vida sin opciones pensando que eliges y eres responsable de tus elecciones. Esa es la verdadera realidad virtual a la que estamos condenados.

- ¿Estas preparado para seguir hablando de Shakira?, ¿Estás preparado para el escándalo que este cuadro pueda conllevar?

- Estoy preparado para hablar no de Shakira sino de los temas que se tratan en mis pinturas. Estoy preparado para hablar de mis temas recurrentes, el consumo, la publicidad, la exclusión y sus beneficiarios y por supuesto también del turismo sexual, esa industria que contamina las conciencias. El escándalo me preocupa si lo hubiera porque puede desvirtuar los propósitos de la exposición. La sociedad del espectáculo tiene sus trampas, sus armas de neutralización y aunque parezca paradójico lo mismo el escándalo que la invisibilización pueden ayudarla a cumplir sus propósitos. No me queda más remedio pues que usar todas mis neuronas para evitar esa fagotización.

- ¿Te ves en un cara a cara con Shakira en un reality show en horario estelar?

- …Me has sacado de onda. Me parece esa una pregunta peligrosa por las implicaciones que pudiera tener mi respuesta… Hace tiempo que no tengo televisión y creo que eso me hace una persona más feliz. No soy ningún cretino ávido de una notoriedad que no sabría capitalizar y como te dije antes, entrar en ese juego, sería hacerle el juego al “enemigo”. Creo que sería desvirtuar mi trabajo.

- El cuadro “El Otoño se Shakira” va a ser subastado por internet y el monto de su venta donado a una organización que trabaja con menores que han sido víctimas de la explotación sexual; ¿no forma eso parte del show mediático que quieres evitar?

- Tiene toda la apariencia de ser precisamente eso pero no lo es. Soy enemigo de todos esos circos y eventos que se montan en torno a las desgracias y catástrofes ocasionales. Esas teletones, esos conciertos a beneficio de… esos partidos de las estrellas para recoger fondos para…En el fondo, casi todas esas celebridades son incapaces de sacar un peso de su bolsillo, ofrecen si una hora de su trabajo, porque saben los beneficios publicitarios que eso les traerá y luego se olvidan del desastre como se olvida el peregrino que hizo su donativo mientras la desgracia y el desastre continúan… en Haití sin ir más lejos. ¿Por qué esta subasta es distinta? Pues es distinta porque lleva implícita una pequeña trampa. Hace unos años en una subasta de arte local cuyos fondos se destinan a una de estas organizaciones, presente una obra “Acoso a la Inocencia” que era una crítica de ese flagelo y la obra fue rechazada. Me imagino que a los organizadores no les gusto el echo de nombrar la soga en casa del ahorcado. Hay quien pretende atender a las víctimas de una epidemia sin preocuparse de atacar la enfermedad. La trampita de que hablaba es que estoy haciendo personalmente los contactos con esas asociaciones para donarles el monto recaudado en la subasta, espero que alguna lo acepte.

- ¿Y si no están dispuestas a ser parte de la denuncia?

- El plan B para esa eventualidad es una asociación que aunque no atiende esos casos, si estaría dispuesta a crear un programa de becas para ayudar a las y los jóvenes en riesgo. Eso supondría dejar en evidencia a las demás que deberían asumir el costo político de su rechazo.
 Hace tiempo escuché la curiosa teoría de que todo ese tipo de escándalos que aparecen ocasionalmente en los diarios alrededor de este tema, no eran en el fondo sino argucias publicitarias para promocionar el país como un destino sexual. ¿Qué opinas sobre el tema, no creés que tu propuesta no deja de tener sus riesgos?
 Estoy completamente de acuerdo con esa teoría. Cuando una defiende esas posiciones no falta quien le descalifique enseguida con el epíteto de “conspiranofóbico” pero a veces los conspiradores dejan muchas evidencias. Si tienes buena memoria recordaras que cuando se exhibió el “Díptico de la Infamia” había entre ambos cuadros una tarjeta que aludía a la dirección web de una televisora nacional. Dicho canal emitió un poco antes de la exposición un reportaje que pretendía denunciar como pornografía una especie de big brother con “modelos” nacionales que se emitía para todo el mundo por internet, a pesar del tono de denuncia en el reportaje apareció la dirección de la página de manera que todo se convirtió en un publirreportaje al que recurre asiduamente ese canal para mercadear de forma engañosa cualquier producto.
 Estas digamos interferencias de la realidad en tu trabajo es casi otra constante. De repente en el paisaje aparecen trozos de logotipos comerciales. ¿Esas apariciones son caprichosas o también obedecen a razones de peso?
 Me parece muy acertada esa definición de interferencias, porque eso es lo que son, luego no tienen nada de caprichosas. Durante el tiempo de ejecución de de mis pinturas, de repente una impertinente campaña publicitaria empieza a machacar mi entorno, en ocasiones esas campañas que suelen ser muy sexistas tienen una relación directa con mi trabajo y entonces como una sacada de clavo, las hago aparecer en mis cuadros.
 La multinacional de los supermercados que aparece en el Acoso de la Inocencia, no se prodiga mucho en campañas publicitarias y mucho menos sexistas; ¿como llegó a tu jardín?
 En el caso de Wall-Mart que esa es la multinacional a la que te refieres, no fue una campaña sino un documental que vi mientras trabajaba en esa pintura. Dicho documental de producción norteamericana hablaba del “modus operandi” que había convertido a esa cadena en la número uno de USA y por tanto del mundo y de sus víctimas, otras grandes cadenas que habían quedado arruinadas en el camino. Entre las muchas cifras inquietantes que se mencionaban de estadísticas oficiales había una muy significativa que decía que la economía de los condados donde Wall- Mart se establecíaa, decrecíaa en un 3 % en un corto periodo. Si tenemos en cuenta que por esas fechas, dicha multinacional había desembarcado en centroamérica adquiriendo decenas de supermercados de varias cadenas locales, cada uno puede sacar sus consecuencias. Y las consecuencias no están en mi pintura, están en las estadísticas, están en la cale, aunque no creo que toda la culpa de nuestro empobrecimiento se daba a esa multinacional.
 Cual creés que es el efecto de esos recursos en los espectadores. ¿Como creés que reciben esas apariciones?
- Lo que estoy seguro es que nadie las recibe con indiferencia. Para algunas personas será como una anécdota simpática pero para los más levará a una mínima reflexión; un estado de expectativa que posiblemente los retenga unos minutos más ante el cuadro y eso es toda una victoria. Yo que soy un asiduo visitante de exposiciones a veces reparo tanto en los cuadros como en los espectadores que las visitan y no hay nada mas desasosegante que ver como la gente pasa ante las obras dedicándole apenas unos segundos de atención. Vivimos en una sociedad saturada de imágenes, miles y miles de imágenes a las que no les podemos dedicar el tiempo que algunas merecen.
 Una imagen ¿ya no vale más que mil palabras?
 Pienso que esa frase cuyo origen desconozco, mas que un aforismo se parece a un slogan publicitario. Me imagino que la habré utilizado muchas veces como una muletilla pero nunca he estado muy de acuerdo con ella. Y mucho menos lo estaría en estos días donde la saturación de las imágenes ha redundado en su devaluación. Devaluación que no solo afecta a las imágenes actuales, sino que tiene un efecto retroactivo.
 ¿Le echarías toda la culpa de ello a la publicidad?
 Evidentemente la publicidad es la principal generadora de imágenes y de su difusión, pero la publicidad no deja de ser una herramienta utilizada por algunos para conseguir algo. ¿Quien son esos algunos y cual es ese algo? Yo no se la respuesta pero la busco y en ocasiones me planteo ciertas hipótesis.
 Hasta el punto de ser tildado de conspiranofóbico...
 Tal vez hasta ese punto y sin sonrojarme por ello. Fíjate que a esa palabra tan larga y difícil no le doy una connotación despectiva. Creo que toda persona que se plantea una hipótesis por descabellada que esta parezca, está haciendo uso de su intelecto o de su imaginación y eso me parece más saludable que aceptar las verdades oficiales sin más. Dudo, luego existo.
 ¿Que parte de responsabilidad les cabe a los artistas mismos en esa saturación de imágenes de que hablamos y por tanto de su devaluación?
 Pienso que una pregunta así ameritaría todo un sesudo ensayo de un especialista en semiótica; algo que yo no soy. Es evidente que nunca en la historia ha habido tal cantidad de creadores y nunca estos han sido tan prolíficos. No se en que momento del siglo XX la obra de arte se convirtió en un producto y los artistas en productores hábidos de satisfacer la demanda de un mercado en expansión. Todos estos términos tan prosaicos nos llevan finalmente al stock de obras que los artistas acumulan en sus talleres y con las que llenan miles y miles de páginas de internet. Está claro que los artistas también tienen su parte de culpa en esa saturación.
 ¿Y por tanto en su devaluación?
 También en su devaluación por supuesto. Siento que de unos años para acá el artista perdió su hegemonía sobre la imagen en beneficio del publicista. Me parece una batalla desigual y perdida de antemano si nos empeñamos en la cuantificación y no en la cualificación. La imagen publicitaria es, superficial, banal y estupidizante en la mayoría de los casos aunque no siempre. Es efímera porque esa es la esencia del negocio publicitario, en la novedad está el éxito. Lamentablemente muchos artistas se dejan llevar por esa inercia, por el atractivo del impacto de la imagen y no por su trasfondo y terminan cayendo en la trampa de un arte insustancial, sin contenido ni reflexión. Una obra que evidencia las prisas del momento. El stress globalizado.
 Entre esos millones de obras sustanciales e insustanciales, hay unas que destacan por encima de otras; sino para el público en general al menos para la gente del medio hay artistas que tienen nombre propio. ¿Los instrumentos del sector artístico que establecen esas jerarquías son intachables?
 Para nada. Esos instrumentos de los que hablas, los que validan la obra de un artista; desde los museos, las bienales, la crítica y los ministerios, han perdido por completo la independencia económica y política que en algún momento tuvieron. Comparto la idea de que la mercantilización y sacralización del arte es su condena a muerte. Una obra de arte no puede ser un objeto fetichizado que se reverencia “urbi et orbi” por mandato de una autoridad superior que determina siempre el mercado. El arte no puede ser una encíclica. Aunque no hay una critica importante de esos procesos de validacion, si hay voces discordantes que señalan el contubernio y la colaboración entre directores de museos, comisarios de bienales, curadores de colecciones institucionales, críticos y otras instancias con los colecionistas, con los compradores. Como se dice popularmente: quién paga los musicos, manda el baile.
- ¿Quiere eso decir que los artistas que tienen nombre propio en estos momentos, lo pueden perder?
- Bueno esa no es una circunstancia infrecuente en la historia del arte. Los gustos y criterios ni son homogeneos ni perpetuos y cambian de una época para otra. Algunos artistas importantes en el pasado se han invisivilizado hoy y otros como el Greco, Van Gogh o Rousseau fueron reivindicados mucho despues de su muerte. Pero en un periodo de crisis del sistema como el actual donde ya se habla incluso de la eclosión del sistema capitalista aunque solosea por su inviabilidad ambiental, los cambios que se avecinan, incluso los cambios del gusto pueden ser tan bruscos y toda una pleyade de artistas politicamente correctos puede caer en el olvido y el menosprecio. Tambien es posible que el ciclo que se cierra sea un poco mas amplio, y si aceptamos que el capitalismo globalizado se puede remontar al renacimiento italiano, momento en que los artistas hicieron de la firma de sus obras una condición sine qua non para su revalorización, nos podemos encontrar con una nueva era que reivindique el anonimato de la obra de arte.
- ¿Lo creés posible?
- No; pero no por ello deja de ser una posibilidad viable.
- Hablando de rúbricas, sus cuadros nunca llevan la firma. ¿Significa eso que está preparado por si llega ese momento?
- Mas que preparado, estaría deseoso porque eso significaría un cambio radical no solo en el sector del arte o la cultura sino sino en la vida misma. Estoy pensando por ejemplo en la exacerbación de lo que se entiendo por propiedad intellectual. Pero volviendo al tema de la firma, si la mia no aparece en mis cuadros es como una reminiscencia de un periodo anterior de abstracción donde acostumbraba a firmar por detrás ya que no acerlo así me parecía una paradoja. Así que si estoy preparado para ese momento es mas que nada por casualidad.
- ¿Como sería entonces esa nueva historia del arte que nosh ace vislumbrar?
- No sería muy distinta a como es la historia del arte de otros periodos, el etrusco o el bizantino por ejemplo. Lo que si requiere un verdadero ejercicio de imaginación es pensar en los historiadores que dentro de cien años tengan que hacer una reseña artísticadel periodo actual. Imaginar entre los miles de artistas y millones de obras, cuales habrán echo los méritos suficientes a posteriori para ilustrar esos hipotéticos libros de nuestra historia del arte.
- ¿Está refiriéndose al fin de la historia?
- No al fin de la historia de Fukuyama sino al fin de la historia tal como la entendemos en estos momentos. Creo que las obras de los artistas deben ser un reflejo de las sociedades en que fueron creadas y deben servir para ayudarnos a entender esos periodos. Y en el actual para bien o para mal se han acabado las vanguardias y los genios. Por eso no creo que tenga mucha importancia la autoria material de ciertas obras ni en que museos o colecciones esten, sino las obras en sí. Esta historia que imagino, mas que escrita por críticos o historiadores, debería serlo por antropólogos y sociólogos.
- Ahora que hablás de los museos, estos tambien han sufrido un cambio notable en este periodo intersecular. Han pasado de ser catedrales o mausoleos como diría alguno de los surrealistas a ser centros comerciales interactivos.
- Así es y no solo en la apariencia exterior desafortunadamente. El cambio de sus estructuras internas tambien ha sido notable. Los museos tradicionales que no pueden abandonar sus edificios clásicos han remozado sus instalaciones para no perder posiciones en un rankling que ahora se valora por el número de visitantes que llegan a sus recintos. La mercantilización ha llegado a los extremos de convertir las exposiciones en un producto de consumo que se mercadea como si fuera un deshodorante o una toalla sanitaria. Los gestores de los museos públicos deben acreditar esas cifras para mantener o aumentar la subvención de donde sale su salario y los privados para aumentar el valor de marca de la entidad benefactora.
- Y en ese frenesí mediático, ¿cual es la posición del artista?
- En la mayoría de los casos no es mas que un convidado de piedra. Un simple creador de un producto artístico que todo un engranaje de intermediaries se encargara de conceptualizar y valorizar. Luego hay una minoria de artistas con ideas propias, menos o nada manipulables; artistas que cuestionan con su trabajo muchos de los tabus incluido el de la institucón arte, pero que al hacerlo en los mismos escenarios y con los mismos presupuestos, su rebeldía es asimilada y neutralizada por la misma institución aunque ellos puedan presumir de la etiqueta de outsider.
- El medio es el mensaje eso esta claro, pero… ¿hay algun camino alternativo?
- No si el artista quiere hacerse visible o quiere hacer visible su trabajo como ocurre con el 99% de los creadores.
- ¿Y ese 1% restante?
- Ese porcentaje mínimo corresponde a los que elijen vias marginales de visibilización como puede ser la calle o la internet. Estos últimos al ser aceptados por la institución en la categoría de arte digital son coptados por el sistema y en cuanto a la calle, ahi encontramos a los performan y los grafiteros algunos de los cuales también dan muestras de adaptación al aceptar intervenir las paredes de galerias y museos contemporaneous. Y es que como dice el cantoautor Carlos Varela, la política no cabe en la azucarera.
- ¿Parece una visión muy pesimista?
- Es una visión muy realista y quiero pensar que hay espacio para el optimismo. Espacio que deberan buscar esas vanguardias invisible.

Los "Demonios en el Jardín"

El próximo 19 de mayo del 2011 se inaugurará esta exposición el la Galería Gráfica Génesis de San José.

"Demonios en el Jardín" pretende ser un ensayo visual sobre el tema del turismo sexual y tadas las implicaciones que lo rodean.

Lo que en un principio no era mas que una exposición alrrededor de ese tema se convirtió en algo más por las insinuaciones de un grupo de amigos estudiantes de estudios sociales que tanbién trabajan en esa problematica. Fruto de esas influencias decidí desvirtuar en parte la exposición para que se convirtiera en un detonante del debate sobre el tema que nos concierne. Fue así como decidimos sacarle partido a ese desnudo de Shakira y realizar con él una subasta virtual cuya recaudadión se destine a alguna de las agrupaciones que trabajan en el rescate y la protección de las y los jovenes en riesgo de explotación sexual.

Los cuadros que componen la muestra son en parte una recopilación de viejas obras que a lo largo de los últimos años he venido realizando y de cbras que fueron realizadas ex-profeso para la exposición. Acrílicos de mediano y gran formato ubicados en un metafórico paisaje de falsa selva exaberante, estereotipo del paraiso tropical en las mentes eurocentristas.









martes, 26 de abril de 2011

El Otoño de Shakira

Conversaciones fuera de la catedral.



Hace aproximadamente doce años que vi por primera vez el Díptico de la Infamia. Dos cuadros de mediano formato donde se encontraban la belle, una joven rousonniana y la bestia, el turista grozzesco que iba a su encuentro. Creo que desde entonces no he vuelto a ver una metáfora tan precisa de lo que representa el turismo sexual. ¿Qué significaba aquel cuadro dentro de la exposición”Derecho de Réplica”?

- El “Díptico de la Infamia” es como un internamiento en esa exuberante selva tropical que se ha convertido en una constante en mi trabajo y que llega ahora a su cenit en mi próxima exposición, donde no hay ni un solo cuadro que se salga de esa atmosfera opresiva aunque sea por exclusión como en “El Otoño de Shakira”. “Derecho de Réplica” pretendía ser una crítica bien obvia a la sociedad de consumo y sus excesos alienantes y el “Díptico de la Infamia” lo era por partida doble. Era una réplica discursiva por el fondo y lo era artísticamente por la forma. No recuerdo bien, pero creo que fue la primera vez que cité, copié o me apropié de personajes de cuadros ajenos. Pintores solo aparentemente antagónicos y a los que admiro, Grozz y Rouseau, están a punto de darse un abrazo en ese díptico.

- ¿Pero un abrazo imposible?

- Imposible lamentablemente solo en el lienzo.

- En exposiciones posteriores has vuelto a recurrir ocasionalmente a las apropiaciones; incluso en tu “Rapsodia in Blue y Rojo” donde uno de los personajes de Úrculo mira indiferente el espectáculo de las Torres Gemelas. ¿Son homenajes o hay algo más en esas apariciones familiares?

- Pueden ser homenajes o pueden no serlo, a veces son recursos fáciles para lograr una obra más redonda, pero sí, claro que hay algo más. Es uno de los artificios a los que recurre la publicidad. Cuando en una campaña publicitaria se recurre a una cara no solo bella sino famosa, se hace por el efecto multiplicador que esa cara famosa va a seguir ejerciendo de forma subliminal después de que termine la campaña publicitaria. En el caso de los artistas la “campaña publicitaria” se reduce al escaso tiempo que duran los cuadros colgados en las paredes de la galería. En mi caso personal estas apropiaciones tienen la pretensión de conseguir los mismos efectos. Una persona que se llegue a la galería para ver mis “Demonios en el Jardín”, los seguirá viendo cada vez que observe por ejemplo una reproducción de la Capilla Sixtina.

- Es decir, estas tratando de perpetuar en los espectadores el mensaje implícito de tus pinturas. Pero no son muchas las veces que uno tiene la ocasión de enfrentarse a los clásicos, ¿como cuantificar el éxito de tus pretensiones?

- Bueno, hasta ahora no me había preocupado de cuantificar esas cosas, pero ahora que el asunto lo planteas de esa manera, estoy cayendo en la cuenta de que “El otoño de Shakira” puede ser bastante diferente. La Capilla Sixtina o los otros referentes nos los encontramos muy de tarde en tarde, pero a la cantante colombiana la tenemos hasta en la sopa.

- ¿Hasta ahora estas cayendo en la cuenta? No me lo puedo creer en una persona tan calculadora como vos.

- Realmente no lo había visto con la claridad con que ahora lo veo. Ten en cuenta que cuando pintaba esa cuadro, no se había concluido el estadio donado por los chinos y por tanto nadie pensaba en Shakira para un concierto de inauguración.

- ¿Cual es la génesis de ese cuadro? ¿Cuál es el proceso de creación de tus obras?

Creo que mi pintura es muy literaria, tanto, que antes que un boceto vienen unas líneas escritas en cualquier papel como una manera inicial de atrapar una idea. Mi mesa de trabajo, mi mesita de noche, el taller, hasta mis libros y agendas están llenas de esos papelitos. A veces esas notas se me pierden y cuando reaparecen algunas eran tan escuetas que me resulta imposible hilvanarlas de nuevo, son digamos los embriones desechados de mi fertilización creativa. En otras ocasiones puede tratarse de de un recorte o una foto sacada de la prensa pero después del recorte vienen siempre unas líneas como si en lugar de un cuadro estuviera pensando en un cuento. Es decir que hay un largo proceso de elaboración mental, a veces muchos meses y luego un proceso de ejecución más breve.

- ¿En el caso concreto de “El otoño de Shakira”?

- En este caso el origen es obvio; la portado de su disco Fijación Oral. Cuando vi a la cantante desnuda ocultando sus partes más apetecibles tras las ramas veraniegas de un arbusto, pensé en lo sencillo que sería desnudarla. Lo pensé y recuerdo que compartí esa idea con colegas y llegamos a la conclusión de que no tardarían en desnudarla a base de photoshop y que su desnudo se multiplicaría en las páginas de internet. Todavía hoy me cuesta creer que nadie lo haya hecho. Esta idea fue languideciendo hasta que un hecho anecdótico actuó como detonante.

- ¿La historia del taxista?

- Exacto. Uno de los muchos taxistas decentes llevo a un turista sexual a un hotel prostibulario del centro de la ciudad. Al parecer el turista no encontró a la jovencita que esperaba y le dijo al taxista que él estaba buscando su “shakirita” aludiendo a una niña. Puede parecer una expresión coloquial insignificante, pero esa anécdota inicio una serie de reacciones en mi cerebro y empecé a atar cabos sueltos. Tal vez la anécdota fue la excusa que necesitaba para iniciar esa pintura autocensurada.

- ¿Era la excusa que necesitabas?

- No lo sé, pero el Otoño de Shakira es el resultado. Como ves aquí el proceso de elaboración mental ha durado años; desde la salida de Fijación Oral hasta hoy. Si ese gringo no hubiera hecho ese comentario tal vez este cuadro no existiera o seguiría a la espera de su catalizador.

- Para no perder el hilo voy a ir atando cabos también. El turista sexual que llega a un país tropical en busca de una menor con quien ejecutar su pulsión sexual traé en la cabeza la imagen estereotipo de Shakira. La cantante colombiana es una referencia para uno de esos gringos de lo que debe ser una cándida adolescente latina ¿voy bien?

- Dos matizaciones antes de seguir. Cuando aquí se habla de gringos aludimos a los norteamericanos y no podemos ser tan reduccionistas; los turistas sexuales son de todos los países y también nacionales. En cuanto a si todos tienen en la cabeza a Shakira o no... bueno, los abra que vienen pensando en Thalia o en Paulina o en... la industria del entretenimiento fabrica señuelos con una facilidad arrolladora, pero si te fijas en las citadas, todas tienen muchas afinidades y la que más me llama la atención es que esas siguen interpretando con su imagen el candor de las niñas bien portadas a pesar de estar todas muy lejos de esa adolescencia.

- Es decir que el Otoño de Shakira ¿también es un doble otoño?

- Bueno, eso es algo evidente, sus mercadólogos proclaman que está en el cenit de su carrera y es precisamente ahí donde comienza el declive de todas las estrellas según los astrónomos. Unos años más y Shakira como mi cuadro serán historia.

- Pero Shakira al contrario que tu cuadro, seguirá envejeciendo...

- ¿Y?... no veo nada malo en seguir envejeciendo si uno lo hace con dignidad. La Shakira que conocimos hace años, aquella bajita y con sus kilos de más, aquella que componía y cantaba sus canciones, hubiera tenido una larga vida como Mercedes Sosa o Chavela Vargas, pero en un momento de su carrera dicen que vendió su alma al mercado para convertirse en un ídolo mediático y todos estos ídolos tienen su fecha de caducidad muy corta. Pero bueno tiene varias opciones, pretender estirar esa juventud convirtiéndose en un esperpento, desaparecer definitivamente como alguna estrella de Hollywood o volver a ser lo que era que sería la mejor pero la más difícil de las opciones.


La mayoría tenemos menos opciones, ¿no te parece?

- La mayoría ni siquiera tiene opciones y eso es lo verdaderamente lamentable. Vivir una vida sin opciones pensando que eliges y eres responsable de tus elecciones. Esa es la verdadera realidad virtual a la que estamos condenados.

- ¿Estas preparado para seguir hablando de Shakira?, ¿Estás preparado para el escándalo que este cuadro pueda conllevar?

- Estoy preparado para hablar no de Shakira sino de los temas que se tratan en mis pinturas. Estoy preparado para hablar de mis temas recurrentes, el consumo, la publicidad, la exclusión y sus beneficiarios y por supuesto también del turismo sexual, esa industria que contamina las conciencias. El escándalo me preocupa si lo hubiera porque puede desvirtuar los propósitos de la exposición. La sociedad del espectáculo tiene sus trampas, sus armas de neutralización y aunque parezca paradójico lo mismo el escándalo que la invisibilización pueden ayudarla a cumplir sus propósitos. No me queda más remedio pues que usar todas mis neuronas para evitar esa fagotización.

- ¿Te ves en un cara a cara con Shakira en un reality show en horario estelar?

- …Me has sacado de onda. Me parece esa una pregunta peligrosa por las implicaciones que pudiera tener mi respuesta… Hace tiempo que no tengo televisión y creo que eso me hace una persona más feliz. No soy ningún cretino ávido de una notoriedad que no sabría capitalizar y como te dije antes, entrar en ese juego, sería hacerle el juego al “enemigo”. Creo que sería desvirtuar mi trabajo.

- El cuadro “El Otoño se Shakira” va a ser subastado por internet y el monto de su venta donado a una organización que trabaja con menores que han sido víctimas de la explotación sexual; ¿no forma eso parte del show mediático que quieres evitar?

- Tiene toda la apariencia de ser precisamente eso pero no lo es. Soy enemigo de todos esos circos y eventos que se montan en torno a las desgracias y catástrofes ocasionales. Esas teletones, esos conciertos a beneficio de… esos partidos de las estrellas para recoger fondos para… En el fondo, casi todas esas celebridades son incapaces de sacar un peso de su bolsillo, ofrecen si una hora de su trabajo, porque saben los beneficios publicitarios que eso les traerá y luego se olvidan del desastre como se olvida el peregrino que hizo su donativo mientras la desgracia y el desastre continúan… en Haití sin ir más lejos. ¿Por qué esta subasta es distinta? Pues es distinta porque lleva implícita una pequeña trampa. Hace unos años en una subasta de arte local cuyos fondos se destinan a una de estas organizaciones, presente una obra “Acoso a la Inocencia” que era una crítica de ese flagelo y la obra fue rechazada. Me imagino que a los organizadores no les gusto el echo de nombrar la soga en casa del ahorcado. Hay quien pretende atender a las víctimas de una epidemia sin preocuparse de atacar la enfermedad. La trampita de que hablaba es que estoy haciendo personalmente los contactos con esas asociaciones para donarles el monto recaudado en la subasta, espero que alguna lo acepte.

- ¿Y si no están dispuestas a ser parte de la denuncia?

- El plan B para esa eventualidad es una asociación que aunque no atiende esos casos, si estaría dispuesta a crear un programa de becas para ayudar a las y los jóvenes en riesgo. Eso supondría dejar en evidencia a las demás que deberían asumir el costo político de su rechazo.






















 Hace tiempo escuché la curiosa teoría de que todo ese tipo de escándalos que aparecen ocasionalmente en los diarios alrededor de este tema, no eran en el fondo sino argucias publicitarias para promocionar el país como un destino sexual. ¿Qué opinas sobre el tema, no creés que tu propuesta no deja de tener sus riesgos?
 Estoy completamente de acuerdo con esa teoría. Cuando una defiende esas posiciones no falta quien le descalifique enseguida con el epíteto de “conspiranofóbico” pero a veces los conspiradores dejan muchas evidencias. Si tienes buena memoria recordaras que cuando se exhibió el “Díptico de la Infamia” había entre ambos cuadros una tarjeta que aludía a la dirección web de una televisora nacional. Dicho canal emitió un poco antes de la exposición un reportaje que pretendía denunciar como pornografía una especie de big brother con “modelos” nacionales que se emitía para todo el mundo por internet, a pesar del tono de denuncia en el reportaje apareció la dirección de la página de manera que todo se convirtió en un publirreportaje al que recurre asiduamente ese canal para mercadear de forma engañosa cualquier producto.
 Estas digamos interferencias de la realidad en tu trabajo es casi otra constante. De repente en el paisaje aparecen trozos de logotipos comerciales. ¿Esas apariciones son caprichosas o también obedecen a razones de peso?
 Me parece muy acertada esa definición de interferencias, porque eso es lo que son, luego no tienen nada de caprichosas. Durante el tiempo de ejecución de de mis pinturas, de repente una impertinente campaña publicitaria empieza a machacar mi entorno, en ocasiones esas campañas que suelen ser muy sexistas tienen una relación directa con mi trabajo y entonces como una sacada de clavo, las hago aparecer en mis cuadros.
 La multinacional de los supermercados que aparece en el Acoso de la Inocencia, no se prodiga mucho en campañas publicitarias y mucho menos sexistas; ¿como llegó a tu jardín?
 En el caso de Wall-Mart que esa es la multinacional a la que te refieres, no fue una campaña sino un documental que vi mientras trabajaba en esa pintura. Dicho documental de producción norteamericana hablaba del “modus operandi” que había convertido a esa cadena en la número uno de USA y por tanto del mundo y de sus víctimas, otras grandes cadenas que habían quedado arruinadas en el camino. Entre las muchas cifras inquietantes que se mencionaban de estadísticas oficiales había una muy significativa que decía que la economía de los condados donde Wall- Mart se establecíaa, decrecíaa en un 3 % en un corto periodo. Si tenemos en cuenta que por esas fechas, dicha multinacional había desembarcado en centroamérica adquiriendo decenas de supermercados de varias cadenas locales, cada uno puede sacar sus consecuencias. Y las consecuencias no están en mi pintura, están en las estadísticas, están en la cale, aunque no creo que toda la culpa de nuestro empobrecimiento se daba a esa multinacional.
 Cual creés que es el efecto de esos recursos en los espectadores. ¿Como creés que reciben esas apariciones?
- Lo que estoy seguro es que nadie las recibe con indiferencia. Para algunas personas será como una anécdota simpática pero para los más levará a una mínima reflexión; un estado de expectativa que posiblemente los retenga unos minutos más ante el cuadro y eso es toda una victoria. Yo que soy un asiduo visitante de exposiciones a veces reparo tanto en los cuadros como en los espectadores que las visitan y no hay nada mas desasosegante que ver como la gente pasa ante las obras dedicándole apenas unos segundos de atención. Vivimos en una sociedad saturada de imágenes, miles y miles de imágenes a las que no les podemos dedicar el tiempo que algunas merecen.
 Una imagen ¿ya no vale más que mil palabras?
 Pienso que esa frase cuyo origen desconozco, mas que un aforismo se parece a un slogan publicitario. Me imagino que la habré utilizado muchas veces como una muletilla pero nunca he estado muy de acuerdo con ella. Y mucho menos lo estaría en estos días donde la saturación de las imágenes ha redundado en su devaluación. Devaluación que no solo afecta a las imágenes actuales, sino que tiene un efecto retroactivo.
 ¿Le echarías toda la culpa de ello a la publicidad?
 Evidentemente la publicidad es la principal generadora de imágenes y de su difusión, pero la publicidad no deja de ser una herramienta utilizada por algunos para conseguir algo. ¿Quien son esos algunos y cual es ese algo? Yo no se la respuesta pero la busco y en ocasiones me planteo ciertas hipótesis.
 Hasta el punto de ser tildado de conspiranofóbico...
 Tal vez hasta ese punto y sin sonrojarme por ello. Fíjate que a esa palabra tan larga y difícil no le doy una connotación despectiva. Creo que toda persona que se plantea una hipótesis por descabellada que esta parezca, está haciendo uso de su intelecto o de su imaginación y eso me parece más saludable que aceptar las verdades oficiales sin más. Dudo, luego existo.
 ¿Que parte de responsabilidad les cabe a los artistas mismos en esa saturación de imágenes de que hablamos y por tanto de su devaluación?
 Pienso que una pregunta así ameritaría todo un sesudo ensayo de un especialista en semiótica; algo que yo no soy. Es evidente que nunca en la historia ha habido tal cantidad de creadores y nunca estos han sido tan prolíficos. No se en que momento del siglo XX la obra de arte se convirtió en un producto y los artistas en productores hábidos de satisfacer la demanda de un mercado en expansión. Todos estos términos tan prosaicos nos llevan finalmente al stock de obras que los artistas acumulan en sus talleres y con las que llenan miles y miles de páginas de internet. Está claro que los artistas también tienen su parte de culpa en esa saturación.
 ¿Y por tanto en su devaluación?
 También en su devaluación por supuesto. Siento que de unos años para acá el artista perdió su hegemonía sobre la imagen en beneficio del publicista. Me parece una batalla desigual y perdida de antemano si nos empeñamos en la cuantificación y no en la cualificación. La imagen publicitaria es, superficial, banal y estupidizante en la mayoría de los casos aunque no siempre. Es efímera porque esa es la esencia del negocio publicitario, en la novedad está el éxito. Lamentablemente muchos artistas se dejan llevar por esa inercia, por el atractivo del impacto de la imagen y no por su trasfondo y terminan cayendo en la trampa de un arte insustancial, sin contenido ni reflexión. Una obra que evidencia las prisas del momento. El stress globalizado.
 Entre esos millones de obras sustanciales e insustanciales, hay unas que destacan por encima de otras; sino para el público en general al menos para la gente del medio hay artistas que tienen nombre propio. ¿Los instrumentos del sector artístico que establecen esas jerarquías son intachables?
 Para nada. Esos instrumentos de los que hablas, los que validan la obra de un artista; desde los museos, las bienales, la crítica y los ministerios, han perdido por completo la independencia económica y política que en algún momento tuvieron. Comparto la idea de que la mercantilización y sacralización del arte es su condena a muerte. Una obra de arte no puede ser un objeto fetichizado que se reverencia “urbi et orbi” por mandato de una autoridad superior que determina siempre el mercado. El arte no puede ser una encíclica. Aunque no hay una critica importante de esos procesos de validacion, si hay voces discordantes que señalan el contubernio y la colaboración entre directores de museos, comisarios de bienales, curadores de colecciones institucionales, críticos y otras instancias con los colecionistas, con los compradores. Como se dice popularmente: quién paga los musicos, manda el baile.
- ¿Quiere eso decir que los artistas que tienen nombre propio en estos momentos, lo pueden perder?
- Bueno esa no es una circunstancia infrecuente en la historia del arte. Los gustos y criterios ni son homogeneos ni perpetuos y cambian de una época para otra. Algunos artistas importantes en el pasado se han invisivilizado hoy y otros como el Greco, Van Gogh o Rousseau fueron reivindicados mucho despues de su muerte. Pero en un periodo de crisis del sistema como el actual donde ya se habla incluso de la eclosión del sistema capitalista aunque solosea por su inviabilidad ambiental, los cambios que se avecinan, incluso los cambios del gusto pueden ser tan bruscos y toda una pleyade de artistas politicamente correctos puede caer en el olvido y el menosprecio. Tambien es posible que el ciclo que se cierra sea un poco mas amplio, y si aceptamos que el capitalismo globalizado se puede remontar al renacimiento italiano, momento en que los artistas hicieron de la firma de sus obras una condición sine qua non para su revalorización, nos podemos encontrar con una nueva era que reivindique el anonimato de la obra de arte.
- ¿Lo creés posible?
- No; pero no por ello deja de ser una posibilidad viable.
- Hablando de rúbricas, sus cuadros nunca llevan la firma. ¿Significa eso que está preparado por si llega ese momento?
- Mas que preparado, estaría deseoso porque eso significaría un cambio radical no solo en el sector del arte o la cultura sino sino en la vida misma. Estoy pensando por ejemplo en la exacerbación de lo que se entiendo por propiedad intellectual. Pero volviendo al tema de la firma, si la mia no aparece en mis cuadros es como una reminiscencia de un periodo anterior de abstracción donde acostumbraba a firmar por detrás ya que no acerlo así me parecía una paradoja. Así que si estoy preparado para ese momento es mas que nada por casualidad.
- ¿Como sería entonces esa nueva historia del arte que nosh ace vislumbrar?
- No sería muy distinta a como es la historia del arte de otros periodos, el etrusco o el bizantino por ejemplo. Lo que si requiere un verdadero ejercicio de imaginación es pensar en los historiadores que dentro de cien años tengan que hacer una reseña artísticadel periodo actual. Imaginar entre los miles de artistas y millones de obras, cuales habrán echo los méritos suficientes a posteriori para ilustrar esos hipotéticos libros de nuestra historia del arte.
- ¿Está refiriéndose al fin de la historia?
- No al fin de la historia de Fukuyama sino al fin de la historia tal como la entendemos en estos momentos. Creo que las obras de los artistas deben ser un reflejo de las sociedades en que fueron creadas y deben servir para ayudarnos a entender esos periodos. Y en el actual para bien o para mal se han acabado las vanguardias y los genios. Por eso no creo que tenga mucha importancia la autoria material de ciertas obras ni en que museos o colecciones esten, sino las obras en sí. Esta historia que imagino, mas que escrita por críticos o historiadores, debería serlo por antropólogos y sociólogos.
- Ahora que hablás de los museos, estos tambien han sufrido un cambio notable en este periodo intersecular. Han pasado de ser catedrales o mausoleos como diría alguno de los surrealistas a ser centros comerciales interactivos.
- Así es y no solo en la apariencia exterior desafortunadamente. El cambio de sus estructuras internas tambien ha sido notable. Los museos tradicionales que no pueden abandonar sus edificios clásicos han remozado sus instalaciones para no perder posiciones en un rankling que ahora se valora por el número de visitantes que llegan a sus recintos. La mercantilización ha llegado a los extremos de convertir las exposiciones en un producto de consumo que se mercadea como si fuera un deshodorante o una toalla sanitaria. Los gestores de los museos públicos deben acreditar esas cifras para mantener o aumentar la subvención de donde sale su salario y los privados para aumentar el valor de marca de la entidad benefactora.
- Y en ese frenesí mediático, ¿cual es la posición del artista?
- En la mayoría de los casos no es mas que un convidado de piedra. Un simple creador de un producto artístico que todo un engranaje de intermediaries se encargara de conceptualizar y valorizar. Luego hay una minoria de artistas con ideas propias, menos o nada manipulables; artistas que cuestionan con su trabajo muchos de los tabus incluido el de la institucón arte, pero que al hacerlo en los mismos escenarios y con los mismos presupuestos, su rebeldía es asimilada y neutralizada por la misma institución aunque ellos puedan presumir de la etiqueta de outsider.
- El medio es el mensaje eso esta claro, pero… ¿hay algun camino alternativo?
- No si el artista quiere hacerse visible o quiere hacer visible su trabajo como ocurre con el 99% de los creadores.
- ¿Y ese 1% restante?
- Ese porcentaje mínimo corresponde a los que elijen vias marginales de visibilización como puede ser la calle o la internet. Estos últimos al ser aceptados por la institución en la categoría de arte digital son coptados por el sistema y en cuanto a la calle, ahi encontramos a los performan y los grafiteros algunos de los cuales también dan muestras de adaptación al aceptar intervenir las paredes de galerias y museos contemporaneous. Y es que como dice el cantoautor Carlos Varela, la política no cabe en la azucarera.
- ¿Parece una visión muy pesimista?
- Es una visión muy realista y quiero pensar que hay espacio para el optimismo. Espacio que deberan buscar esas vanguardias invisible.