Equis vecino de Taras, sordomudo y
profesor de Educación Especial fue testigo del encuentro que tuvieron en el
restaurante de un hotel de Cartago los diputados Sánchez y Gutiérrez un
mediodía de marzo. El mencionado Equis le relató la información que consideraba
de suma importancia a un conocido de él, periodista del diario La Nación, quien entusiasmado
con la primicia se presentó unas horas después y entregó la nota concluida a su
jefe de redacción. Pero no este, sino las altas esferas del consorcio
periodístico decidieron congelar la misma para usarla en el momento mas
oportuno. Al periodista como consolación le sugirieron que diera rienda suelta
a su imaginación y ficcionara la trama para que apareciera en el suplemento
Áncora como un relato literario. Por supuesto el momento oportuno tampoco llegó
para la devaluada sección dominical.
Ahora, unos meses después, cuando se
confirman como ciertos los presagios y no tengo ya un puesto de trabajo que
defender, les entrego el relato; juzguen si quieren la calidad literaria del
mismo o quédense si lo prefieren con el ruido de fondo.
“Esta vez sin memorandum”
Adalberto Sequeira había conseguido rejuntar sus vacas lecheras en un
recodo de la carretera y entre la bruma pertinaz empezó a contarlas; cuando iba
por once los haces de luz de un carro y su bocina frustraron la labor
desperdigando las reses. Reprimiendo una expresión soez se hizo a un lado para
dejar pasar el vehículo, una lujosa “pathfinder” con su banderita tricolor que
la identificaba como carro oficial. Volvió entonces sobre sus pasos para
recuperar un par de novillas y cuando creyó que estaban de nuevo agrupadas,
reintentó la cuenta. Siete, ocho, nueve; detuvo su conteo mental para confirmar
la sospecha de otro ruido de motor; diez, once... de nuevo las luces se abrían
paso en la neblina cuando apareció otra vez la pathfinder oficial. !Hijueputa
yo! Exclamó Adalberto perdiendo la compostura ante lo que parecía un
"dejavu", y obstinado, arreó su ganado camino de los corrales sin importarle
ya el número de sus cabezas.
La
imponente silueta del Hotel Devonshire se abría paso ante el parabrisas del
primer vehículo, mas majestuoso y británico que nunca entre aquel mar de niebla
procedente del volcán. El diputado Gutiérrez manejo con parsimonia hasta
acomodarse en un lugar apropiado del parqueo y esperó unos segundos hasta ver
aparecer en su retrovisor el carro de su compañero de la asamblea. Al bajarse
no le dio importancia a aquel tenue olor azufrado que aderezaba la neblina y
dicharachero acompañó a su invitado hacia la puerta.
En
la entrada del hotel, Jaime Chavarría el maitre del restaurante que había
vislumbrado el paso de los vehículos a los que ya estaba familiarizado los
esperaba deferente. El diputado Gutiérrez asumiendo el papel de anfitrión,
procedió a las presentaciones y al colega Sánchez le colgó la muletilla de “el
sobrinillo” para que el maître terminara de ubicarlo. Eran ya tantos los
diputados que disfrutaban allí sus gastos de representación… El representante
cartago rechazó la posibilidad de tomar un aperitivo en el bar y se encaminó a
la zona reservada del restaurante donde les esperaba su mesa frente al amplio
ventanal con la vista panorámica a un valle hoy esquivo.
Equis los vio pasar a su lado riéndose mutuamente las bromas y quebrando
la paz del salón y aún así, siguió concentrado en los apuntes junto a su plato
de ensalada; solo unos minutos después cuando el maître ordenó a uno de los
saloneros que les llevara la carta de vinos a los señores diputados, reparó en los
únicos comensales que compartían con él el comedor. Equis observó sus rostros y
a pesar de los casi tres años de legislatura, se le hicieron irreconocibles.
Casi nunca le interesó mayormente la política, ni siquiera en su época
universitaria; se definía cuando había que definirse como un abúlico
abstencionista y reconocía que le costaba diferenciar la esencia ideológica de
la mayoría de los partidos de la actual asamblea, quitando claro está al
comunista español. Tal vez por eso y porque llegaron sus espaguetis, dio por
concluido el repaso de los apuntes y enfocó su atención a la mesa de los
diputados con el lúdico propósito de adivinar por el contenido de su cháchara
el partido al que pertenecían.
El
diputado Gutiérrez se había sentado de espaldas al ventanal, como buen
anfitrión, dejando a su invitado la posibilidad de disfrutar del bucólico
paisaje que el valle les ofrecería cuando la niebla se decidiera a remitir. La
charla intrascendente fue interrumpida por el salonero que llegaba con la
botella de Torres escogida. El joven escancio las copas de la forma ceremoniosa
que exigía el escenario y los comensales continuando la representación, lo
olfatearon como los experimentados sommeliers que aparentaban ser y tras
degustarlo le dieron al güila su aprobación. Acto seguido y antes de que el
salonero se alejara, el diputado Gutiérrez con el índice sobre la nariz,
ordeno: Rodrigo, ¡cerrate la celosía!
Equis observó el gesto y mas allá del aroma a orégano y tomillo que
exhalaba su pasta, reparó en el sutil tono azufroso del ambiente.
Y
bien. A lo que vinimos –dijo el anfitrión recostándose en el respaldo satinado
de su asiento y tratando de darle la apropiada seriedad a la conversación-
¿para que necesitan ahora los votos de la fracción? El diputado Sánchez
condescendiendo en la ceremoniosidad, se limpio el hocico con parsimonia y dejó
la servilleta sobre la mesa. Esta vez no son precisamente los votos de la
fracción lo que necesitamos, sino del Movimiento Libertario como tal. ¿No me
digas Fernando que se quieren comprar nuestro partido? No, tampoco eso nos
interesa, es un asunto a largo plazo. !Ah¡ ya voy entendiendo, me estas
hablando de las próximas elecciones, tal vez ¿se trata de un pacto? Si lo fuera
sería un pacto tácito y entre bastidores, un arreglo con el que ambos partidos
tendríamos mucho que ganar. Mucho más de lo que ahora tenemos. Bueno Fernando,
nosotros ya estamos seguros de que vamos a sacar muchos más de los que ahora
tenemos, esperamos consolidarnos con tres diputados más; así que todo lo que
sea de más… El reparto de diputados no es lo que nos interesa de manera
prioritaria, se trata de la presidencia. No las tienen todas consigo con doña
Laura. ¿Hay alguna encuesta reciente? Nuestros sondeos se mantienen parejos y
nos hablan de un escenario con segunda vuelta; con todos sus riesgos y todas
las obligaciones, vos ya me entendés. Te entiendo, te entiendo; le tienen miedo
a Solís y le temen aún más a un tercer apaño consecutivo ¿no es eso? Así es,
nos parece que tal como están las cosas, nada que no sea un resultado
inobjetable, sería bueno para el país. Es cierto, no creo que este pueblo
tolere un tercer fraude; pero no veo que pueda hacer el Movimiento Libertario
en ese tanate.
Ambos diputados guardaron un breve silencio mientras dos jóvenes
saloneros les servían el menú elegido previamente por el anfitrión. Bueno
Rodrigo tiene un plan, maquiavélico como todos sus planes y es por eso por lo
que estoy aquí. ¿Estas planeando una cumbre de tiburones? Nada de tiburones,
este es un trabajo de alfiles y cuantos menos intervengan en la partida… en la
conspiración, nada mas óptimo que la discreción. Me gusta el símil
ajedrecístico; sabemos quienes son los reyes y los alfiles, ahora dime: ¿por
donde pretenden que movamos nuestros peones para dar es jaque mate inobjetable
como vos decís? Para serte conciso: Rodrigo quiere que el Movimiento Libertario
sea una cuña que saque al PAC definitivamente del tablero; y cuando dice
definitivamente, quiere decir definitivamente. Siempre tan categórico el
príncipe; ¿y cual es la estrategia para esa victoria que no de opción a una
futura revancha? La mejor de las aperturas. Obvio, rara vez hay una gran victoria
que no empiece por una buena apertura. ¿Cual es ese primer movimiento
liberacionista? No, no; el Movimiento es
libertario –dijo el diputado Sánchez soltando una carcajada ante su brillante
juego de palabras. ¿El Movimiento Libertario abriendo la partida el primer día?
Nada del primer día – interrumpió el sobrinillo- ya mismo; crear un estado de
conciencia en el electorado no es asunto de seis mesecillos; de echo nosotros
ya llevamos unas semanas dándole vueltas al asunto. ¿No me digas Fernando que están
planificando nuestra campaña? Así es Carlos, a grandes líneas por supuesto. Por
supuesto, a grandes líneas y nosotros nos encargaremos del resto. ¿Y cuales son
esas grandes líneas, si ya se puede saber? Hacer de Otto Guevara la única
opción al poder de “los Arias”.
La
densidad de la neblina se fue haciendo tan evidente que aquello mas parecía un
eclipse donde los silencios que esparcían los contertulios adquirían
materialidad. La presencia de Rodrigo, el salonero, con la carta de los postres
obligó a un nuevo paréntesis. Cuando este se alejó, el diputado Gutiérrez
retomó el uso de la palabra. Otto Guevara como la opción del cambio, me gusta;
imagino las decenas de vallas con su imagen viril y aguerrida y el slogan; ¿ya tienen el slogan?,
o mejor… ¿ ya lo tenemos?, no se que preguntar. Digamos que tenemos varias
opciones para los cientos de vallas. Los cientos de vallas, eso suena aún
mejor, las cosas a lo grande... un gran liderazgo no merece menos. Digamos que
un gran liderazgo no cuesta menos- matizó el sobrinillo. Hablando de costos me
imagino que también habrán pensado en el presupuesto. Off course; me extraña. Y
en la manera de hacérnoslo llegar; no vaya a ser que nos pase como a
Pacheco. ¡Chissss¡ – objetó Fernando la
referencia al ex presidente y los dineros taiwaneses- por supuesto que también
lo hemos pensado y también habrá opciones para elegir. Eso me parece bueno, que
nos hagan creer que somos nosotros los que decidimos. Me encanta trabajar con
Rodrigo o para Rodrigo; pero dejemos ahora el ajedrez y pasemos a la hípica,
imaginemos que el Tribunal da el banderazo de salida, ya el jinete libertario
lleva sus kilómetros cabalgando con la aquiescencia de dicho juez o con su
voluntaria ceguera; en el momento que salen el resto de los caballos frescos y
su yegua por supuesto, como capitalizamos esa ventaja. Me va a disculpar su
señoría pero me niego a estas alturas a entrar en su hipódromo guevariano; esta
charla, aunque parezca espontánea, tiene su guión y ese cambio de cancha me
temo que me haría perder mi brillantez expositiva, recuerde que está hablando
con el sobrino y no con el mismo príncipe; así que aclarado ese punto y ya de
nuevo en el tablero, convengamos en que cuando se inicie la campaña, nuestro
bando tendrá ligeramente adelantados algunos de sus peones en posiciones
estratégicas. En cierto modo - continuó enfático- estaremos dirigiendo la agenda electoral con
los temas que queremos que le interesen a los votantes; en cuanto a la
capitalización de que me hablas, serán las encuestas las que lo hagan. Una
buena encuesta vale mas que mil vallas publicitarias, dice el señor Paniagua de
Unimer cuando se siente en confianza y quiere promocionar sus servicios, pero
tu crees que él o alguno de sus colegas les van a arreglar una encuesta en que estemos
por encima del PAC ¿por qué de eso se trata o no? De eso se trata exactamente,
pero no hará falta ningún arreglo; con hacer las preguntas concretas, en el
momento preciso y a los ciudadanos apropiados, la encuesta dirá lo que uno
quiere que diga. En eso creéme que somos especialistas y en estas encuestas
habremos de serlo aún más, de forma que no demos opciones a lecturas que se
alejen de nuestros propósitos. Pero
recuerda Fernando que las gentes del PAC no le tienen mucha fe a las encuestas…
y con toda la razón por otra parte. No le tienen fe a “nuestras encuestas ” es cierto y tal vez
como decís no les falte razón, pero la gente si cree en ellas y los banqueros
también. ¿Los banqueros creen en vuestras encuestas? interrogó irónico el
libertario. Nuestros reglamentos a la hora de repartir la deuda política les
obligan a creer y esa es otra de nuestras armas.
El
salonero una vez mas interrumpió la conversación para servir los postres. Equis
había pedido un segundo café que justificara su poco habitual sobremesa y
mientras lo paladeaba, sentía que la amargura del expreso se mezclaba con la
acidez azufrosa del ambiente, un efecto natural que acompañaba a la medida la
conjura de aquellos dos infaustos diputados cuyas siluetas ahora se recortaban
sobre un mar de nubes cada vez mas espesas y agrisadas, haciéndolos por
momentos zozobrar en su deriva.
El
diputado que degustaba con gesto excesivo su tiramizú, dando con ello su
aprobación, se limpio otra vez con la servilleta y continuó. Dejame recapitular:
Nuestro Otto se adelanta en la campaña como el paladín del cambio, el hombre
integro que acabara con la corrupción y la vagabundería, que sacará del juego a
los monopolios y llenara las cárceles de delincuentes y de pronto aparece la
primera encuesta de campaña que lo sitúa por encima de Otón; y a partir de ahí…
Esa encuesta no solo lo situará por encima del PAC sino muy cerca de doña Laura
-aclaró Sánchez- justificando así el que liberación o doña Laura lo considere
desde entonces como el enemigo a batir; este segundo entreacto hará que las
siguientes encuestas se vean arrastradas por la primera y en cierto modo la
ratifiquen; ni que decirte tiene que esas encuestas o mejor dicho los
cuestionarios de las mismas, los tenemos preparados para cuando llegue el
momento oportuno. Entiendo la maestría de la jugada, veo que lo tienen todo
bien planificado aunque sigo dudando de esa primera encuesta, nuestros sondeos
nos mantienen muy alejados del PAC y creo que aparte de esa campaña saturadora,
haría falta algún pequeño milagro. De ese milagro como lo llamas, se encargaran
nuestros hombres en el Ministerio de Seguridad; como bien intuiste los slogan a
escoger van por el tema de la inseguridad, es el asunto que más preocupa a los
votantes y nuestro trabajo nos cuesta que esa sea su prioridad y le vamos a
sacar partido. Ese ministerio -recalcó Fernando- se encargará cuando llegue el
momento de agitar el avispero y ese será el milagro que don Otto necesitara,
luego si seguimos la partitura, todo irá como miel sobre hojuelas. Así que
todos los resortes del estado al servicio del poder –categorizó el diputado
Gutiérrez. Todos y más -consintió su interlocutor. Me imagino que Don Rodrigo
como buen chef, tiene el sartén por el mango y no se le va a ir la mano con
ningún ingrediente de modo que la efervescencia libertaria nos lleve a una
segunda vuelta contra liberación, eso sería dramático. En su momento yo también
planteé esa duda y sabes lo que me contestó el príncipe como vos lo llamas.
¿Que te dijo? Que el Movimiento Libertario sería como una pompa de jabón que el
inflara; la inflará hasta donde sea necesario, no más y si es preciso la hará
explotar con la misma facilidad, ¿le creés? Por supuesto que le creo.
Los platos del tiramizú habían quedado completamente rebañados. Equis
elucubraba la excusa que le daría al gerente para suspender la terapia con su
hijo e independientemente de lo afortunada que esta fuera, pensaba que esa
larga sobremesa, había valido la pena. Estaba llegando a pensar que desde esa
óptica, las intrigas de la política local, podían superar las de cualquier
triller global de los que abundaban en las carteleras. Arrugando el ceño ante
los efluvios azufrosos, simuló fijar la mirada de nuevo en sus apuntes y
observó con disimulo a sus señorías esperando ver hasta donde llegaba la
planeada infamia, ahora que iniciaban la degustación del whisky recién servido.
...Como te decía, le creo e imagino el gran
dossier que debe tener sobre el Movimiento Libertario, sobre Otto y sobre cada
uno de nosotros sus humildes servidores; todo un anaquel de su biblioteca
supongo. Supones mal, nuestro moderno Maquiavelo no dejaría tamañas evidencias;
conozco la biblioteca de mi tío como la palma de mi mano y así por encima de su
hombro, conozco también el interior de su caja fuerte; ahí precisamente está el
“abrete sésamo” del tío Rodrigo, un disco duro externo tan negro como la noche
y al que no creo que tenga acceso ni el tío Oscar. Tan negro el disco duro como
negra dicen que tiene la conciencia -matizó sagaz el diputado Gutiérrez al
tiempo que removía el hielo de su
whiski- aunque la verdad, no me creo que don Oscar no esté al corriente de sus
recónditos secretos. No de todos creéme y esto como asegura Rodrigo es por la
seguridad y tranquilidad del propio presidente; la mentira es mas convincente
cuando no se conoce del todo la verdad. ¿Y esa perla es suya o de su tío? Pues la verdad no lo sé -dijo el sobrinillo-
tal vez sea del propio Maquiavelo. Si, me suena de haberla leído en alguna de
esas recopilaciones de revista; y a propósito de ella: ¿quien va a pagar
nuestra campaña? !Diay güevón! ya te venía venir y siguiendo con el cuento te
diré que si te contesto no voy a ser muy convincente. Como ¿me mentirías en un
asunto tan serio? No, no te voy a mentir. ¿Entonces? Entonces voy a poner a
prueba tu capacidad deductiva, ¿norte, sur, este u oeste? Me la pones bien
fácil, teniendo en cuenta que la tierra es redonda yo diría que del oeste.
Dices bien, pero matizame ¿que tan al oeste?. El señor Gutiérrez anticipó una
lúdica carcajada y luego contestó con un estribillo: “de la China ha venido un barco
cargado de...” El sobrinillo después de acompañar la carcajada frunció en ceño
en gesto de desconfianza y de esa guisa oteó el salón reparando en el lejano
comensal y a pesar de esa lejanía, bajando el tono respondió: ...para disimular
el barco llegó cargado de bonos del tesoro, dólares, euros y algún que otro
rublo. El diputado libertario tomó su vaso de whiski y lo extendió insinuando
un brindis, cuando su colega lo acompañó en el gesto, articuló sin importarle
el volumen: !Por el barco chino! Brindis que fue contestado con mayor
entusiasmo y mirando ambos al lejano comensal.
Cuando el jolgorio se extingió, Gutiérrez hizo una seña al salonero y
este apareció poco después con la del estribo. El anfitrión reanudó la charla.
Cuanto daría por ver en ese disco duro los alcances del pacto firmado con los
chinos, me muero por saber lo que nos va a costar ese jodido estadio. Yo sin
embargo prefiero no saberlo, me basta con las insinuaciones escuchadas de
labios del príncipe; eso me ayudará a ser mas convincente cuando llegue el
momento de serlo. ¿Y cuando has de ser tan convincente? Durante los próximos
casi ocho años. Eso me suena a dos legislaturas, ¿estas insinuando algo con
ello? Insinuó en torno a los alcances... al menos temporales de ese pacto.
!Púchica contá! No me dejés en ascuas. Te cuento que el pacto firmado con los
chinos requiere de un periodo de veinte años de la mas absoluta discreción.
¿Y?... Pues que esa absoluta discreción no la podemos dejar en manos del Otón,
¿entendés? Pues no se que tengo que entender ¿me estas hablando acaso de cinco
legislaturas consecutivas de Liberación? Vos lo has dicho. Con doña Laura sería
la segunda ¿y después? Don Rodrigo
"off course". ¿Y después? Y
después un servidor, por eso dije lo de los ocho años; después de la
indiscreción con el mentado memorandum del miedo tengo ocho años para conseguir
mi rehabilitación y en eso estamos. Es decir... que ya tenés una cartera con
doña Laura. Rodrigo me ha sugerido mejor una embajada en Europa, tal vez en
París, dice que al menos por un par de años debo salirme del tablero. Ya y
luego quizás en algún reajuste... Tal vez, y sino de vicepresidente en su
gabinete, ese sería el espaldarazo democrático. ¿El perdón del pueblo? Eso es,
el perdón del pueblo. Pero mahe, no vayamos tan lejos, ¿habrá algún ministerio
libertario en el gobierno de doña Laura? Lo habrá pero no de entrada; sería muy
descarado si como vaticinan mis tíos, después de radicalizar la campaña hasta
el paroxismo les invitamos a la mesa del festín, se descubría la farsa
demasiado pronto. Entiendo, discreción. El tío Rodrigo -dijo el diputado
Sánchez bajando de nuevo la voz- está dispuesto a darle la cartera de seguridad
a Otto, pero antes hay que preparar el terreno, está pensando aún a quién va a
"quemar" en los próximos seis meses en ese puesto para que la opción
de Guevara se vea como una salvación. A partir de ahí gobernarían con la
mayoría absoluta. Eso es, sin oposición en la Asamblea y con la vía
rápida a discreción. ¿Y en la calle? La calle se va a poner caliente Carlos,
vienen tiempos duros; yo no envidio la cartera de Guevara, le va a tocar hacer
el trabajo sucio de la legislatura y tal vez sea también el fin de su carrera
política, el tiempo lo dirá. El tiempo y don Rodrigo. Exactamente, el tiempo y
don Rodrigo.
Los vasos de whiski estaban de nuevo vacíos, ambos diputados al unísono
miraban la hora en sus relojes y se levantaron de la mesa como figuras
sincronizadas acomodando sus sacos y corbatas al tiempo que enfilaban la salida
del restaurante. Equis desde su mesa los vió acercarse y simuló recoger una vez
mas sus apuntes; cuando estaban casi a su altura, vio que el diputado Sánchez
se daba la vuelta para decir algo. Dándole la espalda a Equis le resultó
imposible seguir leyendo los labios del liberacionista pero si pudo ver la
respuesta en los del libertario: Exactamente, esta vez sin memorandum, dijo
aquel sonriendo. Cuando llegaron al mostrador un seco temblor acompañado de un
estruendo, estremeció el piso del hotel. Era difícil saber si se trataba de un
leve sismo o un retumbo del volcán o tal vez otra cosa. La brisa mefítica que
produjo la apertura de la puerta, sorprendentemente se llevó el mal olor y más
sorprendentemente aún, la niebla se dispersó.