viernes, 22 de febrero de 2013

“Algunas imágenes que no encontraras en Internet”

El axioma “Una imagen vale mas que mil palabras” debería estar cada vez mas en entredicho en estos tiempos de saturación mediática. Y sin embargo, a pesar de la devaluación de la imagen como tal, parece que alguien se empeña en que así sea, hasta tal punto, que para conseguir cierta visibilidad en las redes sociales, es necesario colocar las palabras sobre las imágenes, como quien imita una pequeña valla publicitaria. Pero el ocultamiento de ciertas imágenes por razones que se sobreentienden, demuestran el poder subversivo que puede tener una imagen por si sola. Y todo este discurso cobra vigencia en estos días a raíz de la ausencia de imágenes del convaleciente Hugo Chávez en el tiempo que permaneció en Cuba. Es razonable que las autoridades venezolanas se hayan empeñado en secuestrar las mismas, por respeto a la intimidad del enfermo, sea quien sea, y por salvaguardar la imagen del líder de la revolución bolivariana para que el continente no afecte al contenido. De la misma manera, parecía razonable que los enemigos de la Revolución de Venezuela, los de dentro y los de afuera, se empeñaran en conseguir esa imagen decadente que anhelaban para socavar con ella, la vitalidad del proceso, hasta el punto de engañarse ellos mismo, los que no estaban en nada, y cometer la villanía de buscar otra imagen de la agonía de otro enfermo, los que tramaron la infamia. El estado venezolano ha iniciado acciones legales contra el diario español El País y harían bien los familiares de ese enfermo casi anónimo en sumarse a esa acción penal. Pero volviendo al tema de las imágenes y de su importancia, quiero compartir unas del líder de la Revolución Bolivariana que no encontraran en los buscadores de Internet. Y no las encontraran porque contradicen esa realidad falseada que nos imponen los controladores mediáticos, desde las capitales del imperio. Son las imágenes de un Chávez reflexivo, fraternal, entrañable, simpático, amoroso, convincente y sobre todo pobre. Es posible que para los cosmócratas del mundo, los que intentaron realizar varios magnicidios y llegaron a prepararle un golpe de estado; si hay algo más subversivo que ver a un izquierdista en el poder, es ver a un pobre. Un pobre, como ese casi adolescente, que columpia a su peladito, y que cuesta creer, que pensara en ese momento, que con el correr de los años, estaría donde hoy está. En el corazón de ese pueblo venezolano, precarizado aún y casi lumpen que bajó de los cerros para defender su revolución. Las imágenes secuestradas por los buscadores de Internet también pueden valer más que mil palabras. Más que mil discursos del propio Chávez. Pero sobre todo, más que miles de ríos de tinta que los grandes emporios mediáticos han empleado en pervertir la realidad.