viernes, 25 de septiembre de 2015

Patrullaje Conjunto







Esta imaginaria portada de la Nación jamás la verán ustedes ni siquiera el día de los inocentes cuando la prensa se toma ciertas licencias. Y no la verán porque para los gringos y sus aminos locales el tema es un asunto muy serio.


   Una vez más llegó a la Asamblea Legislativa el trámite de los permisos a los buques de la armada estadounidense que colabora en los patrullajes conjuntos. Esta vez la polémica fue mayor por el desorden de la lista facilitada por las autoridades de la embajada. Es interesante escuchar esta sesión en particular y hasta cómico viendo la actitud servil que toman algunos de los diputados que defienden a ultranza los intereses de la potencia hegemónica. Escuchando en directo no pude negarme la tentación de comunicar por red social a una diputada conocida y opositora, la propuesta de este peculiar patrullaje conjunto.


   Me contestó de inmediato con una especie de “que buena idea” y temo que tomó mi mensaje como una broma al calor de los acontecimientos. Pero no hablaba en broma y es por eso que me animo a profundizar sobre el tema animado por otros titulares reales que abordan el tema, como ese reciente de:”Desde que la DEA fuera expulsada de Bolivia, el país ha reducido drásticamente la cocaína producida dentro de sus fronteras”.




http://elmicrolector.org/2015/08/28/curioso-la-produccion-de-cocaina-en-bolivia-se-desploma-tras-la-expulsion-de-la-dea-norteamericana/


   El asunto es serio y complicado; ¿cual es la verdadera función  de la DEA?, ¿para que sirve?, ¿cuáles son sus logros reales para que siga existiendo después de tanto tiempo?.

   Para nadie es un secreto que Estados Unidos ocupa el puesto número uno en el mundo en cuanto a consumo de drogas. Las estadísticas oficiales hablan de una cifra de 22 millones de consumidores  de distintas sustancias prohibidas y alrededor de 2 millones de consumidores de cocaína.¹ Tampoco es un secreto que Colombia es el principal productor mundial de esta droga, y para los bien informados está claro que el país sudamericano es hoy por hoy el principal aliado de los Estados Unidos en el continente y esto no es producto de la casualidad. El asunto de la cocaína podría ser una de las razones para ese largo y acaramelado noviazgo.


   Un noviazgo de vital interés para el novio gringo sobre todo, y por dos razones, una sanitaria y otra financiera. Los que conocen un poco de adicciones y creo que somos la mayoría, sabemos lo complicado y violento que puede ser el síndrome de abstinencia de un adicto que no puede consumir su dosis. Si uno imagina a una DEA planamente competente en su labor, consecuentemente empezaría en un principio a escasear la droga en Estados Unidos y luego desaparecería con las inimaginables consecuencias en la población con un síndrome de abstinencia millonario. Es un escenario improbable e indeseable ver a millones de drogadictos cometiendo actos vandálicos para conseguir su dosis y por tanto la escasez en el mercado no puede ser uno de los objetivos de tal institución.




   La otra razón de ese noviazgo, la financiera tiene que ver con los números que están detrás de la cocaína y de la casi nunca se habla. El kilo de cocaína que se despacha desde Colombia al por mayor suele estar alrededor de los 2.550 $. Cuando pasa por Guatemala su precio oscila por los 6.000 $. De la frontera Mexicana sale por los 12.000 $ y en el país de consumo llega a la friolera de 139.000 $ y cuando se realiza la venta al menudeo, pude doblar esta cantidad. Esta exagerada plusvalía del 5.460 % es lo que anima el negocio e induce a muchas personas a lanzarse por la libre.


   Pero profundicemos más en estos números. Cuando al precio de salida de un país (como los 12 mil de México) se le resta el de ingreso (los 6 mil de Guatemala) nos da la cantidad del negocio que se está quedando en cada país de tránsito y como se puede ver a mayor proximidad con el mercado final, aumentan los beneficios. Pero que ocurre en el paso final. Aquí las estimaciones pierden todo sentido y de los 12 mil  se pasa a los 139 mil dólares por kilo. Tal vez el cambio de nivel adquisitivo de los gringos un poco y la codicia y especulación en mayor medida, provocan esta estampida de los precios. Vallamos un poco más lejos en estas especulaciones. Por cada kilogramo de cocaína que ingresa al mercado norteamericano y se entrega en las manos del consumidor, se están generando unos beneficios totales de alrededor de 180.000 dólares. 

Las cifras en que baso este artículo proceden del nada sospechoso CNN Expansion.
http://blogs.cnnexpansion.com/barbarismos/2008/11/11/de-colombia-a-eu-la-cocaina-aumenta-55-veces-su-valor/


   Seria ya un ejercicio muy arduo de imaginación para mi escribir aquí la cifra que daría de multiplicar el consumo aproximado de esos dos millones de adictos por los dólares que pagan por cada gramo. Esa es la cifra que queda circulando en el sistema financiero de la potencia del norte a la que NADIE ha tachado NUNCA de narco-estado.

   Puede la DEA privar a tantos norteamericanos de esa sustancia que necesitan tanto como el aire para vivir. Está claro que no. Y puede el sistema financiero de Estados Unidos privarse de esa cantidad astronómica de dólares. Uno pensaría que tampoco.
   Entonces en esta coyuntura, cual es el verdadero papel de la DEA. Se lo podrán imaginar los señores diputados, se lo imaginará el diputado redondo.
    Si no pueden, yo aventuro una conjetura un tanto economicista. La DEA no sería otra cosa que una especie de OMC para este polvillo prohibido. Quedó muy claro que la escasez de oferta ocasionaría graves problemas de salud y de seguridad ciudadana. ¿Y el exceso? Bueno no hay que ser un economista para saber que el exceso de oferta haría caer los precios del producto por los suelos y aquella astronómica cifra que no quisimos imaginar, se convertiría en una demasiado manejable. Algo verdaderamente ruinoso para para los empresarios (que así se les llama en USA) que manejan el mercado y para toda una serie de banco, fondos y empresas que se encargan de la legitimación.

   En fin que parece claro que la más importante labor de la DEA es controlar los flujos de la droga, regulando el paso de las cantidades oportunas y tal vez repartiendo cuotas. Ni más ni menos. 



   Si el asunto parece tan claro, es necesario seguir participando de esos “jueguitos de guerra” que tanto le cuestan a un país que ni siquiera puede recibir a una centena de refugiados sirios. Creo que la postura más digna es decirle a la potencia hegemónica que podemos seguir participando en la pantomima, siempre que ellos asuman todos los gastos incluidos los salarios de nuestros guardacostas y la gasolina de nuestras lanchas.

    De no ser así, los diputados valientes entre los que se oponen a los permisos de atraque de las naves de la U.S.ARMY deberían pensar en invitar al patrullaje conjunto, a embarcaciones de países como Ecuador, Chile o Brasil, aunque solo sea para asustar.




Tal vez en la próxima entrada me extienda mas sobre el tema de la DEA.


¹ Cifras.Cada día ocho mil jóvenes inician consumo de drogas en Estados Unidos
   http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12117463