jueves, 28 de abril de 2016

Mi último desfile








Otro año más se acerca el Primero de Mayo y como desde hace ya… ni recuerdo cuantos, saldré a desfilar a las calles de la capital. Pero esta vez saldré sabiendo que es mi último desfile. Reconozco que este baño de multitudes en los últimos años se ha convertido en un verdadero  apego, una rutina aditiva de la que costaba desprenderse.

¿Qué hago con esa gente? ¿En que nos parecemos? ¿Qué motivaciones compartimos? Cuando me doy cuenta que la respuesta está muy cerca de la nada, no queda más remedio que plantearse la participación.
En las calles de Costa Rica desfilan los VIP del movimiento de trabajadores, es decir aquellos privilegiados que tienen un contrato en instituciones del estado, con la plaza asegurada, los mejores salarios y otra serie de beneficios que pueden ser entendidos como derechos o canonjías según el lado desde donde se mire.

La mayoría, son masa sin cantera, acarreados como las multitudes que aclaman a sus dictadores, sibilinamente obligados a llegar o simplemente convencidos con razones vanas. Se les acarrea con pasaje, buen almuerzo, camiseta y gorra y una vez llegados a la Plaza de la Democracia se afanan con denuedo en busca del bus que pondrá fin a su compromiso. Los miles de trabajadores que desfilan, tal vez impresionarían rodeando la Asamblea Legislativa que representa en la jerga revolucionaria la sede de la clase opresora, pero quién a estas alturas desea impresionar a nadie. Los pocos que nos aproximamos y permanecemos en las cercanías de la sede legislativa, somos todos los años testigos de la falta de unidad y del protagonismo de las distintas centrales que se afanan con sus “tumbacocos” en superar el nivel sónico de la competencia sindical, jodiendo con su estruendo a todo el mundo. Al final he de reconocer que muchos no esperamos otra cosa que como en las corridas de toros, el toro coja al torero. Es decir la presencia indomable de genuinos anarquista o en su defecto la de provocadores enviados por las cloacas de la seguridad.

Entre tanto, por las avenidas, el resto de los trabajadores, (los no vi, ai, pi) nos observan entre la curiosidad y la indiferencia, cuando no el menosprecio (el “busquen brete” también se escucha en esta marcha a pesar del feriado de ley). Otros están asomados a las puertas de los comercios en que trabajan aprovechando la paga doble que les servirá para saldar alguna deuda o recibo pendientes y los más, camino de los parques en que aprovechar el día de asueto con sus familias.
Sin excepción, los medios televisivos de la oligarquía, harán trabajar a la mayoría de su personal, y llevaran sus cámaras a esos lugares de placentero descanso para prestarles los micrófonos a esos trabajadores felizmente ociosos.

Son las dos caras de un mismo Primero de Mayo que la dirigencia sindical se empeña en llamar campaña de manipulación para enfrentar a los trabajadores. Pero es realmente tan ficticio este enfrentamiento cuando no convenido divorcio. Realmente piensa la dirigencia sindical que estas vías paralelas son ficticias e inventadas por la prensa interesada en el divide y vencerás. Que hace el movimiento sindical por el resto de los trabajadores que no trabajan para el estado sino publicar de vez en cuando un campo pagado para responder a esas tendencias de opinión. Que hacen en apoyo a los vendedores ambulantes. De los desempleados. De los jóvenes “ninis” que ellos mismos fabrican desde las escuelas. Que hacen contra esos mercaderes del empleo que se lucran con las “expoempleo” en un país en que la constitución garantiza el derecho al trabajo. Que hacen contra la tercerización laboral que permite que en una institución del estado trabajen a la par, ellos con sus sustanciosos salarios y los otros con menos del salario mínimo. Que hacen desde la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular para parar el expolio de los desahucios. Que hacen violentando la constitución cuando se reúnen en el Ministerio de Trabajo a negociar el aumento salarial, primero el nuestro y luego el de los demás. O cuando nada hacen para que el Ministerio de Hacienda discrimine a los contribuyentes de impuesto sobre la renta según sean asalariados o como le dicen ahora “emprendedores”.

Lamentablemente la respuesta vuelve a ser nada. No hacen nada por los demás trabajadores, por tanto no es un divorcio fabricado por los medios sino por su dejación, y por eso para muchos, es mejor ver el desfile desde la acera.

Pero hay algo más. Realmente hacen todo lo posible por sus afiliados. Como se explica entonces que todas las operadoras de fondos de pensiones de los trabajadores, oprimidos, explotados y vilipendiados por un estado neoliberal, terminen comprando la deuda pública que emite ese estado tan opresor, explotador y vilipendiador. No hay otra forma de invertir esos fondos que no sea alimentar esa deuda esclavizante; no puede ser esa “no compra” de la deuda pública una carta en la manga para negociar una subida salarial digna para TODOS los trabajadores. Es entonces esta marcha y las recientes huelgas toda una pantomima para mantener unido el rebaño y la afiliación. Una fingida algarabía en las calles y una concordia en los despachos. Son las élites empresariales y sindicales tan parecidas como la misma cara de una moneda. Mejor quedarse con la duda. Mejor entonces, ver el desfile desde afuera.        






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